Shopping Nights y libre apertura de comercios

¡¡Muy buenos días de sábado!!
Hoy os traigo una entrada poco usual (eso, encima de que has estado desaparecida de blogger nos traes entradas raras, ya te vale...), pero es que llevo ya mucho tiempo leyendo sobre algunos asuntos en otros blogs y sentía muchas ganas de dar mi opinión al respecto.
Como me parece de pésimo gusto dejar comentarios en "casa ajena" reflexionando sobre lo humano y lo divino para acabar criticando lo que otra persona dice, sin que nadie me pregunte, pues he decidido aprovechar mi pequeño espacio.

Seguro que habéis oído hablar alguna vez de las famosas “Shopping nights” que se vienen celebrando en los últimos años en muchas de nuestras ciudades.

Para las que no lo sepáis, se trata de la apertura extraordinaria de tiendas hasta altas horas de la noche, normalmente hasta las 12.

Desde la hora habitual de cierre y hasta ese momento suele servirse algún cocktail, ponen música, se acercan bloggers a ver qué se cuece (en el caso de mi ciudad, invitan también a las bellezas de las Hogueras de los barrios, que son muchas y hacen bulto), hacen descuentos en las nuevas colecciones, etc.

En fin, se organizan eventos nocturnos en las tiendas de moda para “reactivar el comercio”.

Hasta aquí todo bien, la gente que puede permitirse parrandear a esas horas un jueves por la noche ve los nuevos modelitos, se toma una copa y “reactiva la economía”.

Ahora bien, ¿nos hemos parado a pensar en quiénes son esas personas que nos están atendiendo con una sonrisa a las 11 y media de la noche de un miércoles?, ¿están súper contentos porque esas “horas extra” se las pagan a precio de oro?, ¿o, por el contrario, están deseando llegar a su casa porque al día siguiente tienen que madrugar para llevar a sus hijos al colegio?

A mi estas cosas me preocupan.

Yo, por fortuna, de momento no he tenido ningún problema en este aspecto, pero sí conozco a chicas que han padecido estos eventos tan glamourosos.

El tema es que, aunque yo desconozco la normativa del resto de Comunidades Autónomas (aunque sí sé que en Madrid se han quedado bastante “a gusto” en este asunto), en la Comunidad Valenciana comienza ya a implantarse la libertad horaria en los comercios.

En el caso de Alicante, se ha declarado como zona de interés turístico toda la zona centro (vamos, que si lo dice la alcaldesa, la puerta de mi casa puede ser de máximo interés turístico), por lo que, y cito textualmente a la web del Ayuntamiento, “Los establecimientos comerciales situados en el área indicada tienen plena libertad para determinar los días y horas en que permanecerán abiertos al público durante todo el año”.

Esto quiere decir que, actualmente, muchas tiendas tienen permiso para abrir sus puertas TODOS los días del año, salvo tres y, por tanto, lo hacen.

¿Qué supone esta medida para los trabajadores de los comercios?

Pues muy sencillo,  principalmente que a quienes antes cobraban incentivos por trabajar los pocos domingos y festivos de apertura (que a veces venía bien, sobre todo en Navidad), ahora les supone ganar lo mismo ese día que si fuese lunes, por ejemplo y, además, de manera obligatoria.

Por si esto fuera poco, en España, que somos muy de copiar todo lo que vemos fuera, pero “a nuestra manera”, se nos ha ocurrido la brillante de idea de importar las glamourosas Shopping night que ya se venían celebrando en grandes ciudades como Nueva York, Londres o París.
("Anda bonita, que esta semana, además de currar el domingo y el miércoles, que cae festivo, por el mismo sueldo, te vas a quedar unas horicas más el jueves...que somos unos modernos. Y no te quejes, ¡¡que el martes lo tienes libre pa' poner todas las lavadoras que quieras!!).

Resultado: dependientes descontentos que, además, ven ampliadas sus horas de trabajo de mala manera, sin que nadie les pregunte, y “dando las gracias por tener trabajo”.

Ahora bien, quiero dejar claro que con esto no estoy criticando a la gente que va a este tipo de eventos (¡Dior me libre!),  sino que, de alguna manera, me gustaría hacer ver que a veces las cosas no son lo que parecen.
Sé que es posible que alguien me diga que está muy contento de trabajar para tal empresa, porque esas horas se las pagan genial, los domingos cobra el doble, etc...¡¡y me alegraría mucho!! sería señal de que no todo está perdido. Pero, por desgracia, estos son los casos que yo he conocido, que no son pocos.

Así que, al igual que yo nunca me había preocupado de si a la pobre dependienta del Bershka de turno le amargaba la existencia que le descolocase los cinco pares de pantalones que acababa de doblar, hasta que me tocó hacerlo a mi, seguramente habrá gente que tampoco se haya parado nunca a reflexionar sobre este asunto, así que esta es mi intención.

¡Y hasta aquí el rollo que quería contaros hoy!

¿Y vosotras, qué pensáis? ¿Creéis que es cierto que estos mecanismos son una buena forma de reactivar la economía?, ¿existe otra manera de hacer las cosas?

Un beso enorme.

*Ya sabéis que he estado teniendo problemas informáticos. Estoy en proceso de solucionarlos y ya tengo un nuevo vídeo grabado y varias ideas para ir subiendo...espero solucionarlo pronto. Mientras tanto, podéis encontrarme por Instagram, donde suelo subir cositas a diario :)